Abrázame

◘ InooDai

♫ En otra dimensión - Los Daniels ♥

♦ Lo hermoso de los conciertos es que te inspiran (:

Fue de un día a otro que me di cuenta de todo… ya no hablábamos como antes, sonreías, pero ya no tenía ese primer brillo, tu mirada era cansada y te molestabas tan fácilmente. No quería aceptarlo, quería seguir con aquella idea de “estaremos juntos por siempre” y “te amaré por siempre”. Lo veía, lo sabía, dolía, pero no me atrevía a decir nada. Sabía perfectamente que “para siempre” era algo efímero.

Llegué al departamento, tarde como siempre, quizás había sido mi culpa por descuidarte con tantas cosas de la universidad, o quizás la culpa era de otro que se había atravesado por tu mirada, o la culpa era de nada y las cosas simplemente terminaron por terminar.

Entro sin mucho ánimo, no me gusta pensar en cosas así, quisiera pensar que al entrar al cuarto vas a recibirme con los brazos abiertos y con esa sonrisa que yo aún sigo amando. Bueno, quizás y todo sea producto de mi cabeza, así que la agito un poco y me voy directo al cuarto, sólo para encontrarme con la imagen más dolorosa… ¿Por qué haces maletas? ¿Por qué lloras? ¿Por qué no me miras cuando te hablo?

Sin poder detenerlas, unas cuantas lágrimas empiezan a salir de mis ojos, ¿no era cierto eso, verdad? Mi Daiki no podía dejarme… habíamos hecho tantas cosas, crecido juntos, soñar juntos y cumplido la mayoría de nuestros sueños, ¿por qué ahora se iba?

Tomas tus maletas aún sin dirigirme la mirada, no había necesidad de palabras, pero aún así lo hiciste para sentir nuevamente como mi corazón se contrae queriendo esconderse del dolor.

-Lo siento Kei…

Pasas por un lado de mí, tu aroma se burla de mi al internarse en mi nariz. No lo pienso, te abrazo por detrás recargando mi barbilla en tu hombro, lloro, lloro como niño pequeño que no quiere ir al kínder, escucho tus sollozos y me parte más el alma… te volteo para verte, sé que te dolía igual que a mí, pero por más que deseaba una explicación, no podías dármela, y no podía pedirla… si así iba a terminar, lo único que te pedía era que me abrazaras, sólo unos segundos más…

Abrázame, como si fuera ahora la primera vez, como si me quisieras hoy igual que ayer